Estimable radioescucha: hace algunos días el país perdió a un auténtico músico innovador que junto a su banda de rock abrió brecha y estableció un extraordinario precedente. El músico y compositor mexicano Hesiquio Ramos, falleció el 20 de octubre del 2016.. La emisora reconoce que el artista representa un capítulo importante en la historia del rock mexicano y manifiesta su pesar por tan irreparable pérdida. Hesiquio tomó clases de piano desde su niñez y más tarde logró también dominar el órgano eléctrico. A comienzos de la década maravillosa, Hesiquio formó parte de varios grupos de rocanrol y más tarde organizó un trío de jazz. El grupo de jazz estuvo integrado por Hesiquio en el piano, Héctor Hernández en el bajo y Hugo Hernández en la batería. La agrupación se presentó con éxito en varios lugares de la ciudad de México, como los bares Chips, Cíngaro y el Lady Baltimore, entre otros. La calidad musical del trío fue de tal magnitud que en Nueva York obtuvieron el trofeo Magazzine Music Of Art, El prestigio logrado en tierras del Tío Sam les permitió ser contratados en el casino Sands de Las Vegas, donde también fueron aplaudidos. El trío dejó testimonio de su arte musical en un disco de larga duración publicado por el sello discográfico Victoria (VP-7015), más tarde reeditado por la disquera Cisne (CI-1072). Posteriormente Hesiquio Ramos fundó la legendaria banda de rock Los Monjes junto a Jorge Bracho quien tocaba la batería, y Fernando Pasos en el bajo eléctrico. Sin embargo, Fernando pronto abandonó el barco y su lugar fue ocupado por José Antonio Fernández de la Mora, comenzando así la etapa más fructífera del conjunto. La banda irrumpió en la escena musical de 1965, ataviada con hábitos de monje, causando furor entre los jóvenes pero indignación entre los adultos mojigatos de aquel tiempo. Su propuesta musical estaba adelantada a la época y en ella se perciben influencias de jazz, música clásica y rocanrol, resultando una mezcla explosiva e innovadora. En vez de conformarse con grabar versiones en español de éxitos anglosajones, el grupo registró en acetato composiciones propias que reflejaban las inquietudes y preocupaciones de los adolescentes durante los alocados 60s. Grabaron bajo el sello disquero CBS algunos discos EP (extended play), que contenían piezas como 'Pobre niña', 'Mi mami dijo', 'Problemas en la mente', 'Selvática', 'Safari', etcétera. Las ocurrentes letras de las canciones, escritas por Jorge Bracho, y la imaginativa música cortesía de Hesiquio Ramos, lejos de envejecer, conservan en nuestros días su frescura y vigencia, a pesar de las décadas transcurridas; cualidad de la que no puede presumir la mayoría de las bandas mexicanas de la época.
Escucha canciones de Los Monjes en Radio Mezcalito. En 1966, el grupo publicó bajo la discográfica mencionada, su único disco elepé, grabado en vivo durante un memorable concierto en el Instituto Politécnico Nacional (DCA-479). Por esa época, la banda participó en algunos programas de televisión y también estuvo presente en los sets cinematográficos. El destacado trío dejó testimonios audiovisuales de gran valor histórico al intervenir en películas como "Cuernavaca en primavera", "La muerte es puntual" y "Damiana y los hombres". Cuando se adivinaba que la banda continuaría grabando material fonográfico, cada vez con mayor espontaneidad e innovación, se desintegró repentinamente en 1967. Impertérrito, Hesiquio continuó desarrollando su carrera musical, formando tríos y duetos de jazz, registrando en acetato algunos testimonios fonográficos durante los sórdidos años 70s. En la actualidad, tanto los discos de Los Monjes como los acetatos grabados por sus tríos de jazz, son codiciados objetos de colección que, en buen estado de conservación, alcanzan precios exorbitantes entre los melómanos empedernidos. En 1971, como organista individual ganó el primer lugar del Octavo Festival Internacional de Japón. Durante los últimos años, Hesiquio había regresado a los entarimados con una nueva alineación de Los Monjes, ofreciendo algunas presentaciones en locales del D.F y área metropolitana. Parecía contento y con ánimo renovado. En entrevistas de radio solía decir que estaba orgulloso de que su banda fuera considerada una de las más importantes e innovadoras en la historia del rock nacional. Añadía que estaba satisfecho de que las letras de las canciones de Los Monjes no transmitieran mensajes de violencia ni agresividad. Hoy Hesiquio, el monje mayor, ya alcanzó en la eternidad a sus compañeros de aventuras musicales, Jorge y José Antonio, quienes tiempo atrás se habían adelantado en el camino. Ahora de nuevo están juntos, ofreciendo recitales en praderas más verdes y cielos más espaciosos. Descanse en paz Hesiquio Ramos, indiscutible icono del rock mexicano, que las nuevas generaciones no deben olvidar.
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